• Una de cada 7 personas desarrolla algún tipo de cáncer cutáneo. El 50 % de las personas con 65 años tiene o tendrá cáncer de piel, aunque la mayoría se curarán.
• Los rayos ultravioletas del sol pueden llegar a ser muy perjudiciales cuando inciden sobre algunas lesiones pigmentadas.
• Se ha demostrado que tanto los UVA como los UVB pueden contribuir a la formación de lesiones cancerígenas en la piel.
• Hay que tener especial cuidado durante los primeros años de vida, ya que existe una relación manifiesta entre la sobre-exposición al sol en la infancia y la aparición de cáncer cutáneo en las personas adultas.
• Es imprescindible la utilización de cremas protectoras solares todos los días del año, aunque esté nublado, en las zonas de piel expuestas, aplicándolas ya antes de salir de casa.
• Cuanto más claro sea el tono del color de la piel, mayor debe ser el índice de protección del filtro solar.
• Las lámparas y cabinas UVA están absolutamente desaconsejadas, salvo prescripción médica, por el riesgo que tienen de favorecer el desarrollo de lesiones cancerosas en la piel.

Las lesiones pigmentadas pueden aparecer en cualquier localización de la superficie corporal.
En muchas ocasiones son lesiones benignas sin ninguna repercusión para el estado general de salud.
Sin embargo, algunas de ellas pueden malignizarse, en cuyo caso las consecuencias pueden ser muy graves.
Por eso es muy importante vigilarlas, medirlas y tenerlas bien localizadas periodicamente, al menos una vez al año, para evitar que evolucionen hacia una transformación celular maligna.
Siempre es mucho más recomendable hacer una buena prevención que tener que actuar frente a situaciones más complejas de solucionar.
Ante cualquier cambio que afecte a tus lesiones y que quede reflejado en la regla del ABCDE, acude a tu Dermatólogo para que realice un diagnóstico correcto y el tratamiento adecuado.